Basada en hechos reales, American Gangster reconstruye a la perfección los ambientes neoyorquinos del Nueva York de principios de los 70 –al respecto la colección de canciones de época elegida es impresionante-, y no sólo nos habla de vendettas y tramas policiales, no. La geopolítica, en forma de tráfico de heroína durante la guerra del Vietnam, y la sociología, en forma de autoafirmación afro, también hacen acto de presencia, y no de manera precisamente testimonial. ¿Qué los referentes son muchos y perfectamente identificables? Obvio. French Connection, la saga de El Padrino, Los intocables, Scarface, Serpico… Aunque no menos claro es que otros recurrieron a esos mismos referentes sin gracia ni estilo alguno, así que ando en lo cierto si digo que ésta es la mejor película de Ridley Scott desde Thelma & Louise. Un único pero: extrañamente, el estamento militar resulta menos deteriorado de lo que se apuntaba en el desarrollo, ¿Cosas de Pentágono?...
sábado, 29 de diciembre de 2007
American Gangster, contra el imperio de la droga.
Basada en hechos reales, American Gangster reconstruye a la perfección los ambientes neoyorquinos del Nueva York de principios de los 70 –al respecto la colección de canciones de época elegida es impresionante-, y no sólo nos habla de vendettas y tramas policiales, no. La geopolítica, en forma de tráfico de heroína durante la guerra del Vietnam, y la sociología, en forma de autoafirmación afro, también hacen acto de presencia, y no de manera precisamente testimonial. ¿Qué los referentes son muchos y perfectamente identificables? Obvio. French Connection, la saga de El Padrino, Los intocables, Scarface, Serpico… Aunque no menos claro es que otros recurrieron a esos mismos referentes sin gracia ni estilo alguno, así que ando en lo cierto si digo que ésta es la mejor película de Ridley Scott desde Thelma & Louise. Un único pero: extrañamente, el estamento militar resulta menos deteriorado de lo que se apuntaba en el desarrollo, ¿Cosas de Pentágono?...
viernes, 28 de diciembre de 2007
Los Simpson, sociología en estado puro.
Como su propio título indica, Los Simpson se ocupa de las aventuras y desventuras de la familia Simpson, compuesta por el matrimonio que forman Homer y Marge, y por sus tres hijos: Bart, Lisa y Maggie. Además de estos 5 personajes principales, Los Simpson posee un nutrido y dispar elenco de personajes secundarios que le aportan gran diversidad argumental y una estructura netamente coral, por lo que podríamos decir que el verdadero protagonista de la telecomedia es la localidad en la que se desarrolla, Springfield, una imaginaria ciudad de provincias situada en un lugar indeterminado de los EEUU.
Aunque existen decenas de pueblos y ciudades a lo largo de EEUU con ese nombre, Springfield es una ciudad ficticia. Es precisamente la asiduidad de este topónimo la que refuerza la idea de que la ciudad en la que viven los Simpson constituye un espejo paródico de la sociedad estadounidense. La elección del apellido Simpson tampoco es casual y está encaminada en este mismo sentido representativo, pues también se trata de un nombre bastante común en aquel país (su marcada presencia podría equivaler aquí a la de Rodríguez o Gómez).
Los Simpson son la representación hiperbólica de la familia media estadounidense. Homer Simpson representa al cabeza de familia primitivo y egoísta, hastiado de su trabajo y de inquietudes culturales más bien limitadas, por no decir nulas. El consumo de cerveza, la comida ultracalórica y poco elaborada, y las horas muertas frente al televisor constituyen las únicas motivaciones de este ser adocenado que, pese a sus muchos y desagradables defectos, es capaz de despertar cierto encanto en el espectador. Marge, por su parte, representa a la típica madre de familia dedicada a "sus labores". Dependiente económica y afectivamente de su marido, y condicionada por sus hijos, Marge es la imagen de la mujer sacrificada (y frustrada) que ha renunciado a su independencia a cambio de ocuparse de los suyos, esta ocupación no es demasiado valorada por nadie, cosa que simboliza el papel secundario y supeditado a que la sociedad estadounidense ha relegado al sexo femenino. Bart, el hijo mayor, es la personificación del fracaso del sistema educativo norteamericano, amén de la repetición por mímesis de los valores adultos (los de su padre) más despreciables de nuestra sociedad. Lisa, por contra, es el contrapunto a tanta mediocridad, pues sus valores ecologistas y solidarios, así como sus inquietudes culturales e intelectuales, contrastan marcadamente con el desinterés acrítico de la familia. Pese a ello, la hija mediana de los Simpson, simboliza la incomprensión y marginalidad que estas actitudes minoritarias padecen en los EEUU. Por último, Maggie, de apenas unos meses, es un personaje totalmente indefinido, ni habla, ni anda, y su papel en la serie en muchas ocasiones es de mero comparsa. Esta indefinición, que inicialmente podría ser achacable a un desinterés o dejadez por parte de los creadores, es más buscada de lo que parece, pues Maggie es la incógnita generacional, la esperanza en el futuro: ¿Cuando crezca, reproducirá Maggie los patrones de comportamiento que observa?.
El rico elenco de secundarios que posee la serie permite ir muchísimo más allá de lo que ofrecen sus 5 personajes principales. Abe Simpson, el padre de Homer, es el claro reflejo del "molesto" rol que la sociedad norteamericana atribuye a la tercera edad. Patty y Selma, las dos hermanas mayores de Marge, son dos mujeres cuya soltería las convierte en la representación de la feminidad frustrada. Ned Flanders, el vecino de los Simpson, sirve para parodiar a las familias evangelistas, de influencia creciente en los EEUU. Y las relaciones de Homer con éste son una exageración de las envidias que en buena parte rigen las relaciones vecinales en las ciudades de provincia. Por último, los personajes de la central nuclear en la que H. Simpson trabaja dan buena muestra de lo que son actualmente las relaciones laborales en los Estados Unidos: sindicación inexistente, profesionalidad nula y una exigua tabla de derechos laborales marcada por el despido libre.
Es innegable que la serie creada por M. Groening posee un marcado y explícito tono crítico, aunque no menos cierto es que sus creadores han tratado siempre de mimar a todos y cada uno de sus personajes. Lejos del escarnio despiadado, el retrato que de éstos se hace siempre despierta una sensación de cariño en el espectador. Este característico encanto que desprenden los personajes se debe sin duda a una mirada por parte de sus responsables parcialmente complaciente -condescendiente si se quiere-, que en nada enturbia la calidad que posee la serie, posiblemente una de las más exitosas e influyentes de la historia de la televisión.
martes, 25 de diciembre de 2007
Solo ante el peligro... solo contra todos.
lunes, 24 de diciembre de 2007
Dale papito!!!!!!
sábado, 22 de diciembre de 2007
1408. Cusack, King y la habitación del pánico.
jueves, 20 de diciembre de 2007
¿Quién puede matar a un niño?, la mejor película española de terror.
lunes, 17 de diciembre de 2007
ENTREVISTA. NACHO CERDÀ: NUEVO VALOR DEL CINE DE TERROR
Nos citamos a las 5 en el Salambó, literaria cafetería ubicada en el barrio barcelonés de Gracia, al lado de los cines Verdi Park. La tarde era oscura y lluviosa, adecuada para una interesante charla sobre cine fantástico, y Nacho Cerdà el interlocutor propicio para que así fuera. Barcelonés de 37 años, Cerdà ha visto como en los EEUU su primer largometraje, al que compara con el virus de la gripe (pues “se te mete dentro y se manifiesta 3 días después”), ha sido estrenado en casi 1000 salas, algo que no parece darle ningún vértigo.
Por fin se estrena en España Los abandonados. Es extraño que, siendo una producción nacional, haya sido estrenada antes en los EEUU.
Para mi es un honor, y la película es un producto destinado al mercado exterior. Sólo existe un caso previo, que es el de Amenábar con Los otros, aunque la mía es la primera ópera prima a la que le pasa esto.
Fue proyectada en unas 1000 salas
Sí, después de Los otros y Darkness es la película española que en más salas estadounidenses se ha exhibido. Como cinéfilo y mitómano fue un shock considerable.
¿Qué acogida ha tenido?
La considero una película poco convencional, y con ella no me proponía complacer a todo el mundo, por lo tanto ha provocado reacciones encontradas. Tuvo una muy buena crítica en “Variety”. Por otro lado, en los festivales de género la acogida ha sido positiva, aunque las reacciones más pasionales las he encontrado en la gente no aficionada al terror, esto indica que no es una película de terror convencional. Creo que la película no deja indiferente.
Después de tus tres cortos y de tu primer largometraje, todos ellos de terror. ¿Te consideras un autor de género?
Esa definición la dejo a los demás. Desde pequeño, gracias a Tiburón, he estado familiarizado con el cine de género. Fue tal el impacto que me produjo aquella película, que ahora como director intento reproducir inconscientemente aquella sensación en los demás.
¿Eres junto a Balagueró y Paco Plaza abanderado de la revitalización que el género está experimentando en España?
Yo considero que Alex de la Iglesia, aunque más festivo y paródico, fue el precursor de todo esto. Luego vino Balagueró con una línea más sórdida. Lo que está claro es que nuestra generación ha roto con el cine de la Transición, pues la vivimos de refilón. Hemos crecido con películas americanas de género, y eso se nota.
¿Estás abierto a otros géneros?
Totalmente. A mi me encanta el dramón. Visionar hace poco United 93 me hizo ver que lo más terrorífico puede estar en la más simple realidad, sin recurrir al gore o a la hemoglobina. Haneke es un claro ejemplo de ello.
¿Cuáles son tus influencias?
Carpenter y Walter Hill fueron los cineastas que me entraron más pasionalmente. El buen cine de acción me ha gustado siempre, y me ha influido a nivel narrativo y de montaje, Arma letal por ejemplo me parece una película extraordinaria. Después descubrí a Cronenberg. También me han gustado directores italianos como Lucio Fulci y Dario Argento.
¿Cómo definirías Los abandonados?
Es un viaje de una persona hacia el interior de su propia existencia, una pesadilla que no se ha de tomar de forma literal, todo lo que ocurre es una aproximación metafórica a la búsqueda de la propia identidad. Habla del abandono del pasado para, finalmente, afrontar el futuro.
¿Cómo surgió?
Partió de una idea de Karim Hussain, que quería hacer algo así como una película de terror en clave rusa, tarkovskiana. Luego entró Richard Stanley, que la reescribió adaptándola al presupuesto. Además algunas líneas narrativas tuvieron que ser eliminadas por motivos de metraje.
¿Cuáles son tus próximos proyectos?
Me gustaría retomar el proyecto de Oblivion, una película, postapocalíptica, rayana a la ciencia ficción, que requería de una logística más complicada.
sábado, 15 de diciembre de 2007
G.W.B.: Caso cerrado.
jueves, 13 de diciembre de 2007
Esa amante inoportuna que se llama Soledad.
Una noche de invierno, un guardia jurado, una maestra de secundaria y una joven violonchelista que esperan un autobús urbano en una parada cualquiera, asisten atónitos al abandono de un pequeño perro en plena calle. No se conocen, y difícilmente sus vidas vuelvan a cruzarse. A partir de este encuentro anecdótico, de este intrascendente nexo, 53 días de invierno reseguirá la rutina diaria de estos tres personajes a lo largo de 53 jornadas, ahondará en la existencia de tres personas de a pie cuyas vidas están marcadas por la soledad y el mudo desespero.
Realismo futurista.
“1984”, “Eumeswil” y “Fahrenheit 451” son clásicos indiscutibles de la literatura universal que nos aportaron una visión desencantada de las 3 grandes utopías ideológicas del siglo XX -comunismo, fascismo y liberalismo, respectivamente-; “Un mundo feliz” hacía lo propio con la eugenesis; y películas como Mad Max y Akira propusieron espantosos colapsos posnucleares.
Basada en una novela homónima de P. D. James, escritora archiconocida fundamentalmente por sus obras policíacas, Hijos de los hombres, al igual que Blade Runner, THX 1138, Metrópolis o Gattaca, se encuadra en este tipo de historias desencantadas con el mañana, y dibuja un mundo inquietantemente próximo, muy similar al nuestro, en el que el ser humano se encuentra al borde de la extinción a causa de la esterilidad de la especie. El director mexicano Alfonso Cuarón nos traslada al año 2027, Reino Unido, y se vale de una agobiante intriga futurista, que gira en torno al alumbramiento de un ser humano tras 20 años sin partos, para, mediante un ejercicio moderado de la hipérbole anticipatoria, visualizar algunas de las preocupaciones más acuciantes de nuestra sociedad: los masivos flujos migratorios irregulares, las consiguientes políticas represivas y sus consecuencias, la evolución del activismo altermundialista, y la dialéctica terrorismo/antiterrorismo.
Lejos de la estética habitual de la mayoría de filmes de ciencia ficción, y en sintonía visual con otras excepciones dentro de el género como son Código 46 y Cuando el destino nos alcance, el último trabajo de Cuarón se decanta por la moderación en los efectos especiales, por una ambientación lúgubre y por el uso de la cámara al hombro, opciones que sin duda imprimen una alta dosis de realismo a la película, haciéndola más cercana al espectador y por ende más turbadora. Lástima que su fantasioso colofón, escogido con toda seguridad para aportar un hálito de esperanza a la narración, desentone con esa crudeza expositiva que hace de la película una obra de visionado casi obligado.
lunes, 10 de diciembre de 2007
EL PRIMER UN-MAKING OFF DE LA HISTORIA
La mala suerte y las incidencias se cebaron con la película de Gillian, hasta el punto de que ésta tuvo que ser suspendida a los 6 días de rodaje, por lo que, si nos atenemos a una lógica puramente comercial, la cancelación del rodaje de la película debería haber supuesto automáticamente la suspensión de su consiguiente making off, pero no sucedió así. El documental de Fulton y Pepe siguió adelante, se finalizó, y se convirtió en el testimonio de meses de trabajo y de ilusiones creativas que nunca llegaron a materializarse en una película.
Imprevisiblemente lo que inicialmente tenía que ser un making off, se trasformó en la crónica de un fracaso, diario audiovisual del derrumbe de una producción cinematográfica. Una propuesta temática atrevida, pues si bien los making off son documentales con una clara vocación promocional sobre la realización de un filme, “Lost in la Mancha” es la reivindicación de un “no filme”. Un documental sobre una película que nunca existió, y que hoy por hoy solo existe en la cabeza de Terry Gillian. Una vuelta de tuerca al género documental de los making off en la que algunos críticos han querido ver el primer “un-making off” de la historia del cine y producto pionero de, quizás, un nuevo subgénero documental.
Inicialmente, y durante buena parte de la película, “Lost in la Mancha” si que se desarrolla como un making off, no en vano era lo que pretendía ser. Recoge declaraciones del equipo técnico y de los actores, incorpora los storyboards de Gillian, muestra la lectura del guión y los ensayos, y da testimonio de los primeros días de rodaje. Pero la desgracia cae sobre la película, y una serie de acontecimientos desafortunados truncan el proyecto. Del desmantelamiento de la película y los sinsabores que esto provoca a su director, Terry Gillian, y sus colaboradores más allegados se hace eco el documental.
De una manera tragicómica, a la par que íntima, “Lost in la Mancha” relata como, una vez más, la frialdad de los números, el mecanicismo de la industria cinematográfica, y los imperativos económicos se acaban imponiendo a la emotividad creativa, que no entiende ni de números, ni de rentabilidades. Estableciéndose así un paralelismo metafórico del personaje literario a adaptar, Don Quijote, y el director de dicha adaptación cinematográfica, Terry Gillian, quien, al igual que el hidalgo cervantino, verá como sus sueños e ilusiones se desvanecen ante el envite de la cruda realidad. Los inversores, los aseguradores, y la falta de liquidez serán las aspas del particular molino que derribe a Gillian.
La vida secreta de los silencios
Película de magistrales y convincentes interpretaciones que se desarrolla en un desolado contexto, una plataforma petrolífera, paraje ideal para el refugio de vidas desdichadas y huidizas. La vida secreta de las palabras, flamante (y merecida) triunfadora de los Goya 2005, es una película delicada, sensible y sugerente que versa sobre el poder regenerador del amor y la capacidad catártica de la comunicación, en concreto de las palabras. Así lo ratifica Sarah Polley en la escena en la que confiesa emotivamente la fuente de su penuria al sufrido personaje interpretado por Tim Robbins. Pero contrariamente a lo que su título anuncia y su escena final confirma, La vida secreta de las palabras cuenta mucho más por lo que calla que por lo que habla, y si bien hay que reconocer que la confesión final es efectista y lacrimógena a sobremanera, también hay que decir que contradice gran parte del discurso narrativo del que se vale Coixet durante buena parte de la película, un discurso intimista tan perfectamente inteligible como carente de expresión verbal. Al final, un torrente de sentidas palabras salidas de la boca de la protagonista nos confirman innecesariamente algo que ya sabíamos sobradamente por las magistrales miradas, silencios y gestos con que Polley nos había obsequiado a lo largo del film. A pesar de su título, a veces las palabras sobran.
sábado, 8 de diciembre de 2007
El leñador, caperucita y el lobo.
Vivimos en una época en la que el puritanismo está en alza, en la que conductas patológicas, delictivas y, sin duda, aborrecibles, como la pedofilia, están siendo utilizadas como excusa para imponer una moral sexual restrictiva. Es en este río revuelto, contexto de confusión y caldo de cultivo para el extremismo, en el que películas como El leñador cobran un redoblado valor discursivo e histórico. No caer en la truculencia para reflexionar de manera comedida y humana sobre la pederastia, es algo difícil en EEUU y en cualquier otra parte del mundo, pues el riesgo de que la sobriedad sea malinterpreta es altamente probable. La película de la debutante Nicol Kassell sigue esta arriesgada senda, que ya fue tomada en su día por cintas como De nens o Capturing the Friedmans. La película retrata de manera sobrecogedora los fantasmas interiores de un pederasta que ha cumplido condena, magistralmente interpretado por Kevin Bacon, y reflexiona sobre la reinserción, el (auto)rechazo y la reincidencia. Aunque el desenlace del film destruye parte de su alegato compasivo, pues la redención es alcanzada mediante la agresión a otro pederasta, ello no es más que una prueba de la complejidad del asunto y del desprecio que el protagonista siente por sí mismo.
CRÍTICA, PERO EPIDÉRMICA: OBJECIONES SOBRE PERSÉPOLIS
jueves, 6 de diciembre de 2007
Los relatos eternos en Spiderman, de Sam Raimi.
Basándonos en esta premisa, el primer elemento simbólico, el más evidente y primario que contiene el personaje de Spiderman, es el de la antropomorfización del mundo animal, costumbre a través de la cual muchos de los ritos y creencias de las sociedades más primitivas proyectaban cualidades animales en el hombre y a la inversa: Spiderman aúna en su forma características humanas y arácnidas.
Tampoco es descabellado convenir que Spiderman, entre otras cosas, adapta a nuestro actual contexto los antiguos relatos heroicos de las tradiciones mitológicas y folklóricas. Nuestro superhéroe, como los héroes greco-romanos de antaño, no sólo posee habilidades sobrehumanas, sino que además ciertos rasgos idealizados de su personalidad (altruismo, sacrificio y entrega) le conducirán a utilizar estas habilidades en beneficio de la humanidad, protagonizando de paso hazañas extraordinarias por las que se hace famoso. La acomodación a la que Gubern hace referencia la hallamos en el hecho de que Spiderman es un personaje adaptado a nuestra realidad, es decir, su alter ego, Peter Parker, es un muchacho con los problemas y las inquietudes de cualquier veinteañero de nuestros días, y con este propósito, el de conectar con los jóvenes lectores de la década de los 60, el personaje fue diseñado y pensado por sus creadores, el guionista Stan Lee y el ilustrador Jack Kirby. Muchos otros son los elementos argumentales que permanecen, y el hecho de que P. Parker sea huérfano no es gratuito ni casual: destacados héroes de las tradiciones de la edad antigua eran hijos adoptados, Rómulo y Remo y Moisés sin ir más lejos.
Pese a sus heroicidades, vemos que Spiderman despierta ciertas reticencias entre parte de la población de Nueva York. Este recelo servirá de caldo de cultivo a la campaña de desprestigio que emprende el periódico Daily Bugle contra el hombre-araña; sin duda, el miedo que el superhéroe inicialmente despierta viene dado por el aspecto misterioso que le confiere su disfraz y por las connotaciones siniestras que para el subconsciente colectivo acompañan al insecto que le representa: la araña, un artrópodo desagradable y venenoso.
El disfraz azul y rojo de Spiderman está complementado por líneas negras entrecruzadas en espiral, en clara alusión a la telaraña y a la sensación de dinamismo que expresa una figura como la espiral (no olvidemos que Spiderman es un superhéroe extraordinariamente ágil y flexible, un saltimbanqui de los rascacielos). El diseño de su capucha, por su parte, procede de las máscaras que los luchadores mexicanos de wrestling utilizaban y utilizan en el ring, un complemento vistoso que les confiere un halo de misterio muy atractivo para el público. Disfraz y la máscara son 2 elementos que de nuevo encuentran su significado en el uso común que tradicionalmente se les ha dado en muy diversas culturas, tanto actuales como del pasado. Ambos han sido siempre relacionados con la ocultación y el fingimiento, funciones que hallan su máxima expresión en algunos rituales tribales de carácter religioso, en la festividad de Carnaval, y en las representaciones teatrales del teatro chino y de la comedia de arte.
Respondiendo a otro tipo de relato eterno, el del personaje dual, hemos de señalar la evidencia de que Peter Parker, mediante el uso de la máscara y el disfraz, desdobla su personalidad en 2 caracteres bien distintos. Por un lado, Peter Parker es un joven de apariencia débil, carácter tímido y con escaso o nulo magnetismo. Su alter ego, en cambio, es un héroe decidido, valiente y seguro de sí mismo; hace un uso ostensible (casi exhibicionista) de sus habilidades. Los poderes sobrehumanos que posee son el centro de atención de todo el mundo, bien por admiración, bien por el temor que provocan. Cuando P. Parker se enfunda su traje, su carácter cambia por completo, y así su timidez se desvanece, transformándose en osadía, ingenio e incluso gracia y desparpajo verbal. Pese a estas remarcables diferencias, la esencia moral de los dos caracteres no experimenta grandes cambios, pues Parker es de una bondad pasiva y acomplejada, y Spiderman es un activo benefactor. Si en alguien se ve perfectamente reflejada la dualidad moral es en el antagonista de la historia: El Duende. N. Osborn es un empresario de éxito, influyente y adinerado, que pasa por ser una persona altruista, preocupada por el progreso y el bienestar de los ciudadanos. Sin embargo, cuando se enfunda el traje de El Duende y hace un uso malévolo de sus poderes, se convierte en un ser moralmente mezquino, un individuo despreciable que ambiciona el poder, y que no tiene el más mínimo remilgo en utilizar la violencia con tal de detentarlo. La doble naturaleza de las cosas ha sido ampliamente tratada en numerosos relatos y religiones, desde el taoísmo (el ying y el yang), hasta la novela de Robert Louis Stevenson El extraño caso del Doctor Jeckyll y Mr. Hyde. Todo este tipo de relatos y creencias sobre la dualidad hacen referencia a la constante pugna que en la naturaleza existe entre 2 fuerzas opuestas.
miércoles, 5 de diciembre de 2007
Exorcista juzgado
martes, 4 de diciembre de 2007
APUNTES SOBRE BRESSON
1) Una planificación y un montaje que eludían los rostros, los planos generales y los planos medios; optando por los planos de objetos y de miembros (piernas y manos), así como por los planos al detalle y el fuera de campo; tratando así de que el espectador aprehendiera el conjunto mediante piezas fragmentadas del mismo.
2) Unas interpretaciónes (a la que llamaba “no interpretación”) inexpresivas, ejecutadas por actores no profesionales, que buscaban la contención emotiva.
3) Unas temáticas humanas y transcendentales tras las cuales, como ocurre en el cine de Dreyer y Ozu, se intuye la presencia de cierta religiosidad algo indefinida.
Éstas y otras premisas están compiladas y argumentadas por el propio director en el libro “Notas sobre el cinematógrafo" (Ediciones Árdora).
lunes, 3 de diciembre de 2007
De New York a BCN
Oriundo de Nueva York, de familia judía y acomodada, persona de aspecto inconfundible gracias a sus gafas de pasta, humorista y guionista antes que cineasta, amante de la música Jazz y clarinetista ocasional, antihéroe hipocondríaco y adicto al psicoanalista... Estos y otros muchos datos sobre la vida de Woody Allen, cuyo verdadero nombre es Allan Stewart Königsberg, resultan sobradamente conocidos por la inmensa mayoría de los mortales, sean o no seguidores de la extensa filmografía de tan insigne y prolífico director. Su enorme popularidad ha traspasado lo estrictamente cinematográfico, convirtiéndolo en un personaje público de primer orden cuya vida privada, en ocasiones y muy a pesar suyo, ha tenido una mayor trascendencia mediática que sus propias películas, el ejemplo más claro de esta afirmación lo encontramos en el gran escándalo que suscitó en la prensa internacional la relación sentimental que el cineasta emprendió con su hijastra poco tiempo después de separarse de la actriz Mia Farrow.
SOBRE MITOS Y LEYENDAS
Paradógicamente, El asesinato de Jesse James desmitifica la figura del sanguinario asaltador de bancos dándonos la justa medida, desde una perspectiva plenamente antropológica, de lo que es un Mito. Con minuciosidad, ídolo (Jesse James) e idólatra (Bob Ford) nos son presentados como si de dos caras de una misma moneda se trataran, aunque estos 2 modelos no son inamovibles: James, cansado de su vida de forajido y consciente de su vileza, es un ser despiadado que en nada se parece a un Robin Hood del salvaje Oeste; y Ford, lejos de rendir pleitesía y lealtad a James, se rebela contra el mito que le ha decepcionado, en busca quizá de la gloria que éste se labró después de 14 años de homicidas latrocinios. Lo que no sabía Ford (Robert, no John) es que lo que más adulan las masas es la imagen del mal impune, y que la construcción de un mito ni se maquina, ni se logra buscadamente, más bien se esculpe poco a poco, azarosa y desinteresadamente. Por eso Jesse James, pese a sus tropelías, siempre será un mito, y el cobarde Robert Ford, nunca dejara de ser un miserable. Amén.