lunes, 3 de diciembre de 2007

HOME, SWEET HOME


El ansia por llegar a casa movió sus piernas con energía después de 8 largas e ininterrumpidas horas de rutinario trabajo. Tras calentarse el potaje en el fogón, sació su hambre y se acomodó en el sofá, frente al televisor. Erguido, con la cabeza apoyada sobre dos cojines, miraba con desinterés las imágenes que se reproducían en la pantalla plana de la caja catódica. Mientras sus párpados caían lenta y agradablemente, pensó que aquella buscada modorra era posiblemente el mejor momento del día, y que quizá la tele era el mejor narcótico del mundo... Shhhhhhhh....ZZZZZZZZZ.


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