jueves, 10 de febrero de 2011

CATACRASH


Planfleto "oenegero", firmado por Wayne Kramer, director de The cooler y La prueba del crimen, y que poco tiene que ver con el adrenalínico tono de estas 2 películas.

Emulando a la oscarizada Crash (Paul Haggis, 2004), este film se nos plantea como un gran cuadro coral de subtramas entrecruzadas en el que la temática migratoria constituye el eje dramático de todo el meollo, y trata de adoptar una posición comprometida sin por ello abandonar un evidente y molesto patriotismo.

Sin embargo, a diferencia de la película de Haggis, Territorio prohibido cae en todos y cada uno de los errores en los que no debe caer una producción de sus características: el tópico, el maniqueismo, la previsibilidad, la propaganda, el sobrentendido y un acartonamiento dramático propio de un telefilme de sobremesa dominical.

Lo mejor: Las tetas de la actriz Alice Eve y la comicidad no pretendida de algunas de sus escenas supuestamente dramáticas.

Lo peor: Difícil elección.

viernes, 21 de enero de 2011

Cuando el mal gusto provoca vergüenza ajena.


Lo peor de Carne de neón no es que su falta de originalidad la asemeje a una versión ibérica y casposa de una película de Guy Ritchie, pues con lo ibérico y lo casposo, tal y como nos han demostrado Berlanga, de la Iglesia o Santiago Segura, se pueden alcanzar cotas de creatividad de lo más elevadas, mientras que el trasunto y la revisión han estado siempre a la orden del día en cualquier campo artístico.

Lo peor de este espanto que sorprendentemente obtuvo relativa buena acogida en el festival de Sitges, es el mal gusto del que hace gala de principio a fin. A través de un humor grueso, soez y absolutamente inadecuado, Cabezas frivoliza sobre asuntos tan serios y dramáticos como la explotación sexual, el tráfico ilegal de personas, el alzeheimer o el maltrato a la mujer, cuestiones sobre las que no se puede bromear ni aun queriendo ir de políticamente incorrecto.

Podrán acusar a los que rechacen este filme de no apoyar al cine español pero, no nos engañemos, con pestiños como éste no vamos a ninguna parte... hasta las películas de Mariano Ozores desprendían mayor delicadeza que este engendro que quiere pasar por gracioso y se queda sólo en sonrojante.

martes, 18 de enero de 2011

6 certezas sobre The tourist.


1- Angelina Jolie está en el chasis. Le faltan unos cuantos bocadillos de jabugo y debería visitar a un nutricionista urgentemente.
2- Entre la susodicha y J. Depp no hay ningún tipo de química.
3- Ninguno de los 2 personajes intrepretados por los dos actores antes mentados desprende el más mínimo carisma.
4- El secreto de Anthony Zimmer (Jérôme Salle, 2005) es mucho más regular y efectiva que este remake americano. Lastimosamente, al tratarse de una película francesa y no de una superproducción hollywoodiense, su difusión fue mucho menor.
5- The tourist intenta emular en vano la sofisticación de Charada (Stanley Donen, 1963) y Con la muerte en los talones (Alfred Hitchcock, 1959). Es mucho mejor revisar en casa cualquiera de estos dos clásicos que gastarse 8 euros en ver una tentativa frustrada.
6- Para hacer esto, Florian Henckel-Donnersmarck, el director de la aclamada La vida de los otros, podría haber continuado su prometedora carrera en su Alemania natal.

jueves, 13 de enero de 2011

La daga de Rasputín.


Cuando pienso que semejante bodrio ha costado la friolera de 5 millones de euros, se me parte el alma. No es que en nuestro solar patrio andemos sobrados de talento y transparencia, pero quiero creer que, en una época de restricciones como la que nos está tocando vivir, semejante morterada bien podría haber sido invertida en una causa más noble (no diré más rentable, pues los datos de taquilla muchas veces son injustos e impredecibles), como por ejemplo promocionar la obra de nuevos valores o darle un empujoncito a la formación cinematográfica.

Entrar en disquisiciones acerca de las "cualidades" del segundo filme de Bonilla como director es meterse en terreno baldío, caer en la reiteración y en cuestiones más que consabidas: La daga de Rasputín es una comedia gruesa y anticuada, con un reparto que desprende caspa y olor a fritanga, y un humor que no va más allá del "caca, culo, pedo, pis". Triste, muy triste.

viernes, 24 de diciembre de 2010

Un chino en Houston.


Narradora de las chanzas y sinsabores del bailarín chino Li Cunxin, esta producción australiana se muestra mucho más preocupada en exponer su nada velada vertiente política (eminentemente crítica con el régimen maoísta), que en desarrollar su también evidente faceta de drama biográfico.

Anteriormente, películas como ¡Vivir! (1994), de Zhang Yimou, Balzac y la joven costurera china (2002), de Dai Sijie, o Memorias de China (2004), de Jiang Xiao, ya se atrevieron, desde los márgenes del melodrama costumbrista, a cuestionar el despotismo, la manipulación y la opresión que se vivía en China bajo el yugo comunista. Pero, a diferencia de la película del veterano Bruce Beresford (director de la aclamada Paseando a Miss Daisy), ninguna de ellas cayó en el error de hacer una comparativa entre oriente y occidente.

Y es que El último bailarín de Mao nos presenta, de manera algo capciosa, unos EE.UU que, bajo el mandato de Ronald Reagan, alcanzan el falsario estatus de paraíso terrenal y de centro mundial de la libertad y la abundancia. Un discurso que, a todas luces, resta emotividad (y credibilidad) al relato, que podría haber funcionado bastante bien si esta deriva “capitalista” hubiera sido más moderada.

MI TOP 2010

La cinta Blanca (M. Haneke)
En tierra hostil (K. Bigelow)
Exit Through the gift shop (Bansky)
Two Lovers (James Gray)
Invictus (Clint Eastwood)
Anvil (Sacha Gervasi)
Copia Certificada (A. Kiarostami)
Carancho (E. Trapero)
Toy Story 3 (Lee Unkrich)
The girlfriend experience (Steven Soderbergh)
Kick ass (M. Vaughn)
Scott Pilgrim contra el mundo (Edgar Wright)
Origen (C. Nolan)
Shutter Island (M. Scorsese)
Machete (Robert Rodríguez)
When You're Strange (Tom DiCillo)



viernes, 17 de diciembre de 2010

Retorno al pasado.


La representación de una versión actualizada de La Venganza de Don Mendo, en un conflictivo pueblo del interior de Andalucía, es la excusa argumental para el desarrollo de esta comedia coral y de enredos. Una comedieta habitada por guardias civiles, putas, folklóricos y demás personajes ibéricos, que recurre a un costumbrismo grueso de lo más manido, a un reparto cansino hasta el hartazgo (P. Ej., María Barranco y Antonio Resines haciendo los roles que han hecho siempre) y a un tono cómico demasiado anclado en las viejas (y, por suerte, ya superadas) “glorias” vividas por nuestro cine patrio durante la década de los 80.

Don Mendo Rock, bajo una apelación a la multiculturalidad cogida por los pelos, nos retrotraerá a películas tan pretéritas como Sé infiel y no mires con quién y Bajarse al Moro (ambas de Fernando Colomo), La corte de Faraón (del propio García Sánchez) o La noche más hermosa (de Manuel Gutiérrez Aragón), pero nunca nos sugerirá nada fresco, sorprendente ni mínimamente gracioso. El hecho de que José Frade, el productor que ha sido considerado el padre del denominado "landismo", esté detrás de este despropósito, es más que revelador.