miércoles, 14 de octubre de 2009

Alvah Bessie contra Franco.


Por la épica de su título y la amplitud de su sinopsis (la oposición de la Meca del Cine al levantamiento del General Franco y su posterior dictadura), se diría que Hollywood contra Franco es un documental histórico de afán divulgativo y mirada generalista. Su voluntad divulgadora, como la de todos los documentales de reconstitución histórica, es innegable, no así la amplitud de su mirada.

Salvo algunas escenas comentadas de películas como Casablanca, Por quién doblan las campanas, Bloqueo, Tal como éramos y Las nieves del Kilimanjaro, y unas pocas intervenciones de alguna personalidad notable (de entre las que destacan las del historiador del Cine Romà Gubern y la actriz estadounidense Susan Sarandon), el film se centra casi exclusivamente en las experiencias vitales e ideológicas del guionista Alvah Bessie, quien tras participar en la Guerra Civil española como brigadista del batallón Abraham Lincoln y militar en el Partido Comunista de América, mantuvo una amarga filiación con España.

Indudablemente, la mirada del señor Bessie, narrada en primera persona por la profunda voz en off del actor Lluis Soler, es interesante, pero también insuficiente si lo que se espera es una disección detallada del posicionamiento hollywoodiense ante la dictadura Franquista. Así, la de Oriol Porta resulta ser una película que sabe a poco y que se queda con una visión reducida de un tema al que se le podría haber sacado muchísimo más jugo.

lunes, 12 de octubre de 2009

Entre zombies anda el juego.


Zombieland es una equilibrada mezcla de cine de zombies, comedia de acción y road movie que, para conseguir su entretenida y paródica hibridación genérica, tiene como principales referentes de inspiración las películas más populares de John Landis (Un hombre lobo americano en Londres) y Joe Dante (Gremlins), así como Los Cazafantasmas de Ivan Reitman, película a la que la hilarante presencia de Bill Murray en el reparto (interpretándose a sí mismo) rinde oportuno homenaje. Poco más es lo que se puede decir del debut de Ruben Fleischer en la gran pantalla, pues su intrascendencia y brevedad (80 minutos) hacen de él un producto tan divertido y gratamente inmediato como carente de pretensiones.