sábado, 12 de enero de 2008

De la Iglesia y los pechos de Doña Leonor.




Alex de la Iglesia posee la virtud de ser uno de los primeros directores que, distanciándose del politizado cine que se hacía durante la Transición y de las infames comedias ochenteras, comenzó a realizar en nuestro país películas de género cón éxito y de forma más que desenvuelta. A este tipo de cine popular, de la Iglesia supo además insuflarle una visión esperpéntica muy particular que dotó a sus filmes de una personalidad fuera de toda duda. Con de la Iglesia, la ciencia ficción (Acción mutante), el terror (El día de la bestia), el western (800 balas) y el thriller (La comunidad) quedaron teñidos por algo tan hispano como es el grotesco elemento valleinclanesco. Al salir de nuestras fronteras, rodar en inglés y apostar por actores extranjeros, el director español ha arrancado de raíz toda posibilidad de que su particular mirada grotesca haga acto de presencia en su nueva película, una intriga convencional que, pese a mostrarnos algún movimiento de cámara meritorio, no destaca en ningún aspecto. En Los crímenes de Oxford todo está demasiado manido: escalada de crímenes, whodunit, investigación policial que resigue un sendero de pistas matemáticas dejadas por el asesino, giros y contragiros, y resolución pretendidamente sorpresiva. De entre toda esta batería de tópicos, lo mejor y más original es cómo de la Iglesia vacila con el espectador masculino a la hora de mostrar (o no) los pechos de la Watling.

1 comentario:

lenoreanabel dijo...

Jajaja. me han entrado ganas de verla solo por ver o no ver las tetas de la watling. Ya te contaré que me parece cuando la vea. La verdad es que leyendo esto me recuerda mucho a la sensación que me dejó el libro, que por lo visto tuvo mucho éxito en sudamérica y que para una lectora avezada y consumidora enfervorecida de novela negra como yo se quedó en un aperitivo que no sirve ni para matar el gusanillo. Esperaba que la peli lo mejorara.