jueves, 13 de enero de 2011

La daga de Rasputín.


Cuando pienso que semejante bodrio ha costado la friolera de 5 millones de euros, se me parte el alma. No es que en nuestro solar patrio andemos sobrados de talento y transparencia, pero quiero creer que, en una época de restricciones como la que nos está tocando vivir, semejante morterada bien podría haber sido invertida en una causa más noble (no diré más rentable, pues los datos de taquilla muchas veces son injustos e impredecibles), como por ejemplo promocionar la obra de nuevos valores o darle un empujoncito a la formación cinematográfica.

Entrar en disquisiciones acerca de las "cualidades" del segundo filme de Bonilla como director es meterse en terreno baldío, caer en la reiteración y en cuestiones más que consabidas: La daga de Rasputín es una comedia gruesa y anticuada, con un reparto que desprende caspa y olor a fritanga, y un humor que no va más allá del "caca, culo, pedo, pis". Triste, muy triste.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

No recuerdo haber ido a ver película peor al cine. Una auténtica bazofia de principio a fin, y sobre todo fin. Que final de película por Dios...

NANDO BERMEJO dijo...

Aunque parezca mentira, existe un film español reciente que supera, en lo que a taras se refiere, a este despropósito: Don Mendo Rock, la venganza.

Gracias por tu comentario y cinéfilos saludos!!!!

Antoine Doinel dijo...

Dios es verdad porque se hace estas películas de España cañi??, que están algo descontextualizadas a ver si consiguen hacer algo bueno de este tipo...