viernes, 4 de diciembre de 2009

El luchador uruguayo.


Poco a poco, y a base de películas notables, el cine uruguayo parece estar haciéndose un pequeño hueco dentro del aburrido panorama internacional, y si hace unos años, Whisky, 25 Watts y El baño del Papa constituyeron un inesperado soplo de aire fresco entre la medianía, en el presente, el relevo de Gigante y Mal día para pescar ha demostrado que aquellos 3 films no eran flor de un día.

Tras 3 cortometrajes, Mal día para pescar supone la puesta de largo del director Álvaro Brechner. La película hereda el minimalismo, la austeridad narrativa y la deprimente vis cómica que desprendían las obras citadas anteriormente, pero también incorpora una particularísima y juguetona manera de deconstruir un género tan tradicional y estadounidense como es el Western, con lo que Brechner no sólo demuestra un profundo y admirativo conocimiento cinéfilo sino también un capacidad de universalizar fuera de lo común, acercándose a directores tan venerados pero a su vez tan veneradores como Wim Wenders.

Y es que todo lo que acontece en la uruguaya localidad de Santa Maria, desde la llegada de dos forasteros (un excampeón mundial de lucha y su manager en busca de un desafío público de dudosa legalidad) hasta los espacios que éstos frecuentan (el motel, la redacción, la cantina, los polvorientos caminos), pasando por el aroma crepuscular y marchito que emana todo cuanto les rodea (incluidos ellos mismos), bien podría formar parte de un film del oeste firmado por Peckinpah, Leone o Clint Eastwood.

Narrada a partir de un gran flashback, la de Álvaro Brechner es una película de perdedores, de personajes heridos en su orgullo y necesitados de una redención que los dignifique. Sin embargo, el desenlace trágico al que parece abocada la historia, y que el oportuno leitmotiv de Lili Marlene no deja de recordar constantemente, se frustra acertada y sorpresivamente gracias a la amabilidad de su giro final, un giro que decanta definitivamente la balanza hacia la comedia. Comedia amarga, pero comedia al fin y al cabo.

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