martes, 5 de enero de 2010

Un tipo serio.


Si no fuera por el origen judío de sus directores y por la declarada voluntad autobiográfica de la película, pensaría que Un tipo serio emana mofa antisemita de principio a fin. Algo inconclusa e insípida argumentalmente, la nueva película de los Coen destila la ironía, el absurdo y esa concepción tragicómica de la existencia que tanto han caracterizado toda la filmografía de la famosa pareja realizadora. Además, da la sensación que el director bicéfalo cada día se parece más a W. Allen: peli por año, antihéroe con gafas, mirada irónica de unos supuestos orígenes semitas... ¿Para cuando la hipocondría, la verborrea y las localizaciones en NY?... Todo se andará. Recomendable, sin más.

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